Saturno devora a su hijo en la pandemia

Esta obra es una metáfora poderosísima de los tiempos que estamos viviendo, se trata de “Saturno devorando a su hijo” de Francisco de Goya (1819, actualmente en el Museo del Prado en Madrid).

Obra de arte de dominio público

El “Saturno” de los romanos es la evolución mítica del “Cronos” de los griegos. El dios de la agricultura y la cosecha, siempre armado con una hoz.

En su versión helénica “Cronos” es hijo de “Gea” (la tierra) y “Urano” (el cielo). A este último lo castró (con la misma hoz de las cosechas) y lo destronó, ocupando su lugar como gobernante de los dioses. 

Una representación indudable de como la agricultura liberó al hombre de la incertidumbre alimenticia antes signada por el azar y atribuida a las divinidades celestiales, y se constituyó en la base material de la civilización, el progreso humano y el crecimiento demográfico.

Esa no fue la única hazaña liberadora de “Cronos”. Éste, en una de sus versiones, también se enfrentó y derrotó a (posiblemente su abuelo) “Ofión”, la divinidad-serpiente creadora del universo que se sintió por eso con derecho a gobernar (antiguamente vinculado a la idea del caos); tras esta hazaña, “Cronos” dio libertad a los hombres sumidos en la tiranía de una serpiente (y miren cuantos “ofiones” tratan hoy día de gobernar tiránicamente en base al hambre de sus pueblos). 

“Cronos”, casado con “Rea” (la paridora), sabía que su destino era ser derrocado por uno de sus hijos...

En su representación romana "Cronos" es “Saturno”, el segundo hijo de “Caelus” (cielo) y “Cibeles” (tierra), está casado con “Ops” (la abundancia y el bienestar) representando el vínculo entre la agricultura y la prosperidad.

“Saturno” también derroca a su padre y toma su lugar, negociando con su hermano primigenio “Titán” (una especie de representación del poder) el derecho a gobernar a cambio de no tener hijos. 

En consecuencia, tanto en la forma de “Cronos”, como en la de “Saturno”, esta figura no debía tener hijos... y optó por comérselos.

Entonces podemos hablar de dos dimensiones en la mitología de “Saturno” (“Cronos”).

Una primera, en la cual libera al hombre de lo celestial (como un mito que desmitifica), se casa con la prosperidad y la reproducción humana y así asume el poder.

Y una segunda dónde se asocia a la destrucción (a fin de cuenta asesinó a su padre, probablemente a su abuelo). Se come a varios de sus hijos para mantener al poder (que pudiera, sin duda interpretarse como “el poderoso” que se mantiene en base a la destrucción del débil).

Esto último es lo que veo (yo) que representa Goya en la pintura.

¿Y dónde está la metáfora poderosísima que representa “Saturno devorando a su hijo” en estos tiempos de pandemia?

Pues en el retorno del segundo “Saturno”, ya poderoso, líder de dioses (en forma de gobiernos, políticos, organizaciones, corporaciones, magnates), casados con “Ops” (la abundancia, el bienestar) tratando de conservar su posición de poder “comiéndose a sus hijos” (al precisar el desconfinamiento en plena pandemia, sacrificando vidas por razones políticas y económicas).

Al final “Saturno” es derrocado por Júpiter (el “Zeus” de los griegos), uno de sus hijos supervivientes, al que no se pudo comer...